La llegada de un bebé a la familia siempre es una noticia llena de esperanza. Es un pequeño milagro, que por cotidiano no debe dejar de ser milagro.
Y esta vez he buscado un regalo completamente práctico: un pastel de pañales. Y una tarjetita, por supuesto.
El pastel lleva unos adornos hechos con flores de papel de periódico arrugado.
Y aquí la tarjeta, como los papis no son muy del rosa lleva unos toques solamente en ese tono, mezclado con gris.